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¿Qué es un IVR para VIDEO?

IVR, la voz que transforma la experiencia del cliente
“Perder clientes por llamadas no atendidas, quejas constantes, procesos lentos y una imagen anticuada frente a la competencia no es una opción.”
En un mundo donde la primera impresión cuenta, cada llamada telefónica puede significar una oportunidad ganada o una oportunidad perdida.

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¿Qué es un IVR?

El Interactive Voice Response (IVR) o sistema interactivo de voz es una tecnología que permite a las empresas atender llamadas de manera automática, sin necesidad de que un humano conteste de inmediato. A través de menús de opciones, reconocimiento de voz o tonos de teclado, el cliente obtiene la información que busca tal como saldos, fechas de vencimiento, estatus de pedidos, existencias, evitando esperas innecesarias.

¿Qué lo hace distinto de un auto-attendant?

Un error común es confundir el IVR con el “operador automático” de un conmutador. El auto-attendant solo reproduce un audio grabado y transfiere la llamada a una extensión. El IVR va más allá: consulta bases de datos, responde en tiempo real y permite que el cliente interactúe para obtener información personalizada (saldo, estado de cuenta, pedidos, citas, etc.).

Productividad y reducción de costos

Un IVR bien implementado trabaja 24/7 sin descanso. Esto significa que los clientes pueden resolver dudas fuera del horario de oficina, reduciendo la carga del personal y permitiendo que los agentes se concentren en interacciones de mayor valor. El resultado: menos quejas, menos costos operativos y mayor productividad.

Imagen tecnológica frente a la competencia

Hoy el cliente asocia rapidez, disponibilidad y modernidad con confianza. Una empresa sin IVR proyecta rezago tecnológico y deja la puerta abierta a que sus clientes prefieran a un competidor más ágil. En cambio, contar con un sistema robusto mejora la percepción de marca y fortalece la lealtad del cliente.

El IVR no es un lujo, es un activo estratégico. Permite atender más clientes, reducir gastos, proyectar modernidad y, sobre todo, no perder oportunidades.